189 años se cumplen hoy
de la muerte del general Andrés Rojas, nativo de Barcelona donde nació en 1776,
uno de los guerreros más sobresalientes
de nuestra historia independentista, temido por los realistas por su
inquebrantable tenacidad en los combates.
La intrepidez, su
peculiaridad de actuar en medio del
fuego desde las primeras filas de la acción, colocaba a Andrés Rojas, militar y
político como uno de los más
perseverantes republicanos de su época y
su reputación corrió como pólvora por todos los caminos de Oriente hasta convertirse
en un famoso combatiente tanto en la lucha irregular como en la batalla formal.
El denominado “Centauro
de Cuchiveros” entró en la etapa revolucionaria uniéndose a los patriotas desde
el mismo comienzo de la lucha en 1810 iniciándose en la fracasada campaña de Guayana acompañando a otro gran valiente
revolucionario, su hermano Francisco
Javier Rojas.
Un hombre integro y esclarecido ciudadano fue miliciano formado en
la dura tarea de los combates donde los
soldados aprender a sustanciarse con las victorias y los ayes de dolor de los
fracasos producidos por los derrumbes que dan las lluvias de balas de sus
enemigos en las más encarnecidas confrontaciones.
En Octubre de 1813 Andrés
Rojas era un consagrado luchador entre las
más aguerridos guerrilleros que persistían en la zonas boscosas del
Oriente en esos tiempos, eran los grupos organizados en la periferia de las
batallas distribuidos en diferentes regiones del territorio cuya misión
consistía en para hurgar las estrategias de los enemigos.
Como integrante y oficial
de estos movimientos irregulares mantenían
a raya a los realistas controlando la zona de
Aragua de Barcelona y sus alrededores infringiendo permanentes bajas a
los realistas desconocedores del trabajo de contrainteligencia adelantados por
los focos guerrilleros, conducta que redundó en prestigio entre las tropas de
ambos mandos.
Gracias a esos actos fue
ascendiendo hasta ser destacado teniente coronel por la capacidad que poseía de conocer palmo a
palmo los lugares yodos los recovecos donde
estaban organizados estos grupos. En este campo la región norteña de Venezuela
contaban con varios oficiales expertos en este tipo de lucha. Junto con Zaraza,
el comandante Rojas dominaba las sabanas de Maturín a mediados de 1815 dirigiendo varios grupos dedicados a combatir
de manera irregular contra los españoles.
La tarea de estar organizando los movimientos
guerrilleros no lo apartó de contraer matrimonio con una mulata llanera que
llenaba todas las expectativas del soldado. Casó con Nicolasa Ramírez y un año
después se separa de ella para ir a batallar en el territorio de Guayana al
lado de Manuel Piar.
Uno de los
cargos más importantes que representó en la etapa revolucionaria fue la
comandancia general del departamento de Maturín en 1821 y seis años después fue
ascendido a general de división en 1827 resultando ese mismo año diputado al
Congreso Constituyente de Cúcuta.
Andrés, general patriota y José Francisco
Rojas, fueron señalados potenciales padres de la Juana Ramírez “La Avanzadora”,
hija de Guadalupe esclava oriunda del África adquirida por los Rojas en Las
Antillas; al parecer la niña nació sin conocer el verdadero nombre de su padre.
Guadalupe prestaba servicios en la casa
de la familia Rojas, sus amos; por eso se atribuye a los hermanos la parentela
con la niña la que aún muy pequeña fue liberada y adoptada bajo protección de
Doña Teresa Ramírez de Valderrama, generosa dama que la reconoció con el
apellido Ramírez
Con fecha 6 de mayo en 1816 “El centauro de Cuchiveros” está
en Margarita en el desembarco de la expedición de Los Cayos para recibir el
ascenso a general de parte de El Libertador en
la villa de Santa Ana en premio a las campañas desarrolladas en
Barcelona y Maturín de 1813 al 1815.
La tarea de estar organizando los movimientos
guerrilleros no lo apartó de contraer matrimonio con una mulata llanera que
llenaba todas las expectativas del soldado. Casó con Nicolasa Ramírez y un año
después se separa de ella para ir a batallar en el territorio de Guayana al
lado de Manuel Piar...
En los campos
de Sucre, Monagas, Anzoátegui y Guayana siempre con su valor por delante para
estar en primera fila se presentaba este militar y político barcelonés sin nada
tenía que envidiar a los más prominentes dirigentes de la revolución.
Fatalmente su muerte deviene en un motín
registrado en la guarnición de Cumaná el 8 de abril de 1831.
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